Primero con mucho calor y luego con un viento que invitaba más a irse que a quedarse, los hinchas de la Selección argentina soportaron todo para poder ver a sus ídolos, hasta 6 horas de vigilia. Pero las horas que pasaron en las afueras del hotel no sirvió de nada.
A eso de las 22:15 el micro llegó al Hotel Del Bono Park, pero esquivó a los hinchas que estaban apostados de forma ordenada y detrás de las vallas sobre Avenida Ignacio De la Roza. Decidieron que ingrese por el costado, sobre Lateral de Circunvalación, rodeando por atrás al hotel y muy lejos de la gente.
Primero con mucho calor y luego con un viento que invitaba más a irse que a quedarse, los hinchas de la Selección argentina soportaron todo para poder ver a sus ídolos, hasta 6 horas de vigilia. Pero las horas que pasaron en las afueras del hotel no sirvió de nada.
A eso de las 22:15 el micro llegó al Hotel Del Bono Park, pero esquivó a los hinchas que estaban apostados de forma ordenada y detrás de las vallas sobre Avenida Ignacio De la Roza. Decidieron que ingrese por el costado, sobre Lateral de Circunvalación, rodeando por atrás al hotel y muy lejos de la gente.
Al advertir eso, el enojo de los simpatizantes fue tal que empezaron los insultos y, de un momento a otro, todo se desbordó, los hinchas saltaron las vallas, corrieron y alcanzaron a llegar al lugar que estaba asignado para la prensa.
Los jugadores quedaron lejos de la vista, aunque levantaron la palma de la mano para saludar Lionel Messi, Rodrigo De Paul, ‘Dibu’ Martínez y Ángel Di María, pero a una distancia tal que fue casi imperceptible. El viento, muy fuerte por esas horas, trajo más confusión.
Los grandes, con mucha bronca; los más chicos, con camisetas y llorando sin consuelo en el cordón de la Avenida. No fue la postal que todos esperaban.
El centro de los insultos fue el sanjuanino y presidente de la AFA, Claudio ‘Chiqui’ Tapia, que apenas lo identificaron en la delegación la gente apuntó al mandamás por la pésima organización.