Tenía sólo 14 años y acababa de terminar de entrenar con la sexta de San Lorenzo de Ullúm cuando el técnico se acercó y le dijo ‘vos quedate, hoy subís a Primera’. Y si bien ya pasó mucho tiempo de eso, Cristian Pérez lo recuerda con lujo de detalles, como si hubiera ocurrido ayer. Es que ese día marcó su vida a fuego. Actualmente, el delantero la rompe en Juventud Zondina y sueña con locura ver a su hijo seguir sus pasos.
«Fue unos de los días más esperados de mi vida. No podía creer que iba a debutar a tan corta edad, fue un día lleno de emociones para mi y mi familia. Yo entrenaba con las inferiores de 16 a 18, cuando llegaban los jugadores de Primera. Cuando me iba retirando, el DT me dio la noticia. En ese momento se me pasaron muchas cosas por la cabeza. Después del entrenamiento me dijo ‘yo después hablo con tu papá, anda tranquilo'», recordó en diálogo con La Excusa Deportiva.
Pérez fue titular y su equipo se llevó la victoria. A partir de ese momento, no bajó más. «Desde ese día, tomé experiencia y pude jugar en otros clubes y otras ligas. Partidos y campeonato me fueron dando más confianza y experiencia. Fui a jugar la liga caucetera con Rincón, Peñaflor de San Martin y en el 2012 obtuve el acenso con la villa San Damián. En 2019 también logré subir con San Lorenzo».
A sus 32 años, se define como un futbolista creativo, que le da confianza al equipo. «Soy jugador de área , que en cualquier momento puede anotar. Y sobre todo soy compañero con el grupo», dijo quien siempre aparece entre los goleadores en cada torneo que le toca disputar.
«El gol más importante que me tocó convertir fue con la Villa San Damián en cancha de Unión, ese gol nos dio el acenso», comentó. Además, ese partido tuvo un condimento especial para él. «Recuerdo que fue el 26 de noviembre de 2012. Era el cumpleaños de mi señora Mariela y le dije que iba a buscar el ascenso por ella», indicó.
«Sueño con seguir llevando mis goles a las canchas y poder jugando en clubes que vean mi esfuerzo, haciendo lo que más me gusta. Mi otro sueño es que el fútbol guíe e mi hijo como me guió a mí. Tengo fe que voy a poder darle lo que quise un día yo», admitió.
Cristian confiesa que lo mejor que le tocó vivir en el mundo del fútbol fue «haber conocido mucha gente buena en todo San Juan y que esa gente esté contenta de lo que hice por los colores de su club». ¿Lo peor? No haber tenido en su momento oportunidad de demostrar de lo que le gusta hacer, jugando en alguna otra categoría. «No tenía recursos para ir a un club grande», concluyó.