Paulo Sotelo participó con su trompeta en uno de los momentos más dolorosos para los vecinos de La Bebida: la despedida a Nicolás Naranajo. El músico oriundo de Marquesado interpretó la marcha fúnebre antes de que el féretro fuera colocado en el coche que llevó al pedalero hasta el cementerio de Rawson.
Luego de culminar su entonación, la multitud gritó: «¡Viva Nico!», y acompañó el momento con un cerrado aplauso.