Si bien ya se había reencontrado con su esposa Alejandra y su hijo en Buenos Aires, Federico Pereyra quería abrazar a sus padres José y Liliana en San Juan, ya que no los veía desde hace meses.
«Faltaba ver a los viejos nuevamente y también a mi hermana, con la que pude disfrutar unos días en Tokio (Fernanda compitió en beach vóley). Fue muy lindo el reencuentro», expresó.
El opuesto con pasado en Obras aseguró que aún no toma dimensión de la conquista en tierras niponas y dijo que «cuando pase el tiempo voy a ir tomando valor de lo que siginifica esta medalla de bronce».
En ese sentido, Federico contó que «aún no pensé dónde voy a guardar la medalla. No creo que la lleve a Irán porque son muchos meses y quiero tenerla bien guardada».
Por último, pidió que «no pasen los días para disfrutar en San Juan y poder comer todos los asados pendientes, porque en septiembre tengo que sumarme a mi nuevo club, el Shahdab de Irán».
Foto: Diario de Cuyo.