Héctor Argentino Oviedo, más conocido en el Este como “Tino”, debutó en Rivadavia de Caucete en el 2000, cuando tenía 22 años. El sacrificio dio sus frutos, porque después de viajar 80 kilómetros para ir a entrenar, fue campeón departamental y también se llenó de gloria cuando se consagró en la Copa de Campeones.
Hoy, a sus 44 años, recorre 40 kilómetros para asistir a las prácticas de su nuevo club, Difunta Correa, donde tiene el privilegio de jugar junto a su hijo Mauricio.
“Lo más lindo del futbol es que no hay diferencias en nada. Todos tienen la oportunidad de lograr sus objetivos”, expresó.
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