Por regla general cuando un sanjuanino quiere avanzar en su carrera para llegar a ser futbolista profesional viaja a Buenos Aires. Sin embargo hay un chimbero que decidió romper esta norma. Al pibe se le presentó una chance única que no dudó en aprovechar. Lo contactaron desde un equipo de México para que culminara su etapa formativa en tierras norteamericanas.
Nahuel Mercado nació y creció en Chimbas, en el barrio Santa Isabel. Desde que era un nene empezó a mostrar su conexión con la redonda. Parecía que había aprendido a controlar una pelota antes que a caminar. A raíz de la pasión que sentía su papá por el fútbol esta relación con el deporte se fue profundizando más y más.
Sus progenitores no eran ciegos y se daban cuenta del amor que le tenía el pibe a la caprichosa. A raíz de ello decidieron anotarlo en una escuelita de fútbol del departamento. La misma se llamaba CE.GA.MAR, institución que supo formar futbolistas locales como el caucetero Zacarías Morán Correa.
«A los 5 años empecé a jugar al fútbol. Mi papá siempre fue mi inspiración. Gracias a él fue que empecé a dedicarme al fútbol. Gracias a Dios siempre he recibido el apoyo de todos mis familiares, creo que es algo fundamental para poder llegar lejos en este deporte», remarcó.
Mercado estaba dando sus primeros pasos en el fútbol. Los técnicos lo iban probando en distintos sectores de la cancha. Si bien pasó por varias posiciones, por su altura y por su contextura física decidieron colocarlo como defensor central. El pibe empezó a destacar con la número 2 en la espalda. Su nivel era tan bueno que necesitaba subir un escalón más para seguir creciendo y no estancarse.
Ahí fue cuando dejó CE.GA.MAR y llegó a un equipo tan importante en San Juan como lo es Colón Junior. En el club «merengue» se encontró con una mayor exigencia y con compañeros que tenían un nivel superior. No obstante el chimbero nunca se amilanó y dejó en claro desde el minuto uno que había nacido para ser futbolista.
Además de empujarlo a crecer cada vez más, este fichaje tuvo otro gran impacto en su carrera. Fue allí, en el estadio ubicado en calle Sargento Cabral, donde un DT le vio condiciones para jugar en el otro extremo de la cancha. Nahuel abandonaba la zaga central para pasar a tener el arco rival entre ceja y ceja. Esa pequeña modificación caló hondo en él.
El sanjuanino se aclimataba más y más a este terreno desconocido para convertirse en un «delantero matador» de inferiores. Ese director técnico había dado en la tecla. El pibe rendía cada vez mejor y crecía a pasos agigantados con el pasar de las temporadas. Esto le permitió ir a probarse a dos clubes de Primera División.
El primero de ellos fue Godoy Cruz. Lamentablemente el resultado no fue positivo ya que no cumplía con las características que buscaban los scouts del conjunto «tombino». Tiempo después llegó la chance de probar suerte en Argentinos Juniors. Tristemente el resultado fue el mismo y no pudo quedarse en La Paternal para para continuar su formación.
Esto fue un duro golpe para el chimbero. El pibe creía que tenía todo lo necesario pero estos dos rechazos consecutivos lo hicieron sentir inseguro. La posibilidad de estancarse y nunca salir de San Juan empezó a invadir su cabeza. Seguía yendo a entrenar a Colón pero casi sin ganas y por una cuestión de rutina. Todo cambió cuando una pequeña ventana se abrió en esa prisión mental en la que se encontraba encerrado.
«A través de un contacto que teníamos en México me llegó la posibilidad de viajar a ese país. Yo ya tenía pensado salir de Argentina. Lo pensamos bien con toda mi familia y decidimos que lo mejor era que me viniera a México a un centro de formación que se llama Cantera Coka», rememoró.
Nahuel no sólo consiguió salir de San Juan sino que traspasó los límites de la República Argentina. Una posibilidad única pero muy desafiante a su vez tocó su puerta en el momento exacto en el que consideraba tirar la toalla. De esta manera armó los bolsos y viajó sólo a Pachuca para sumarse al proyecto Cantera Coka.
Cuando llegó todo era nuevo para él. Parecía que había llegado a otro mundo y no a otro país. Lejos había quedado el barrio Santa Isabel. La adaptación no fue nada sencillo pero el sanjuanino tenía más que claro que no podía fallar. Tenía que dejar la vida en cada pelota para quedarse y ser fichado por algún club importante.
El apellido Mercado cada vez se iba haciendo más conocido en el estado de Guerrero. Ese esfuerzo tuvo su recompensa cuando logró coronarse campeón de la Copa de la Liga con su equipo en el estadio Neza 86. Este logro le permitió emigrar a otra institución norteamericana: el Inter de Acapulco.
«Ahora estoy en el Inter de Acapulco, en Guerrero – Acapulco de Juárez. Al principio me costó mucho adaptarme, pero gracias a Dios ya de a poco nos estamos aclimatando más. Es porque el técnico es argentino, así que el equipo tiene el ritmo argentino. Estoy en la primera del club. Vamos a jugar la Liga MXUSSL que la forman equipos tanto de México como de Estados Unidos», contó.
En este equipo Nahuel sólo tiene que preocuparse por rendir en el verde césped. El club se hacer cargo de su hospedaje, su comida y la estadía. El joven de 19 años prácticamente no tiene gastos en los que pensar. Esto le da una paz mental que le permite pensar únicamente en seguir avanzando en su carrera para llegar a un contrato profesional.
«Me gustaría jugar en River y me encantaría también llegar a jugar en el fútbol europeo, pero mi sueño principalmente es llegar a ser jugador profesional. Ese es mi mayor deseo. No importa el club que sea o en el país que sea, ese es mi más grande objetivo», recalcó.
Fuente: Canal 13.