Sólo tenía 10 años cuando descubrió al fútbol como forma de vida. Si bien siempre fue fanática de su amado River, a esas edad supo que quería jugarlo. Fue una amiga quien la convenció y pese a las dudas iniciales lógicas de la edad, finalmente se anotó en la escuelita del club La Patroncita, de Valle Fértil, donde juega desde hace entonces.
Actualmente, con 15 años, Mónica Morilla ya juega en la Primera del Verde. Lo hace de volante por derecha, luciendo la número diez. Si bien el fútbol femenino de ese departamento no cuenta con una liga oficial, se organizan torneos en los que las chicas despuntan el vicio. Y cómo. Esta temporada, después de un largo parate por pandemia, arrancaron con todo. Dos partidos jugados, dos triunfos.
«Ahora es más fácil ser mujer y jugar al fútbol, tenés más posibilidades. Antes no nos daban muchas oportunidades a las mujeres. A mí siempre me gustó este deporte, pero mi mejor miga Valentina fue la que me incentivó a jugarlo. De chicas jugamos juntas, ella también es futbolista, es delantera», sostuvo en diálogo con La Excusa Deportiva.
Con respecto al tiempo de inactividad obligada como consecuencia del receso de las actividades por el coronavirus, Mónica aseguró que para ella no fue tan difícil volver a tomar ritmo en las prácticas ya que siempre se mantuvo entrenando en su casa. De todas formas, admitió que para parte del equipo no fue nada sencillo porque no todas pudieron mantenerse en actividad.
«Me considero una buena jugadora, pero soy consciente que me tengo que mejorar algunas cosas, un poco rústica», agregó la chica que tiene como referentes a Lionel Messi y Alex Morgan, la delantera estadounidense que actualmente la rompe en el Tottenham Hotspur de la FA Women’s Super League.
Mónica vive con su mamá y dos hermanos mayores. Sueña fútbol, respira fútbol, vive fútbol. Sin embargo, continúa estudiando, ansiosa del regreso a clases.
Y por supuesto, como toda chica de su edad, sueña en grande. «Me encantaría jugar en la selección Argentina o en algún equipo de España», concluyó.