Rubén Botta tenía 11 años cuando se fue de San Juan persiguiendo sus sueños con la redonda. En ese entonces había fichado nada menos que a Boca, de donde emigró años más tarde para integrar el plantel de Tigre. Así fue como escaló en el fútbol hasta llegar a jugar en Italia y México. Hoy está en Defensa y Justicia y, junto a Emmanuel Mas de Boca, es uno de los sanjuaninos que está en Primera División.
Pero para llegar a la elite del fútbol argentino, gritar campeón y darse el lujo de vestir importantes camisetas antes tuvo que pasar por el césped del Estadio Centenario. Allí jugó de los 4 a los 6 años en las inferiores del Atlético de la Juventud Alianza, el club que hasta el parate por el coronavirus disputaba el Torneo Regional Amateur. «Tengo los mejores recuerdos de mi infancia. La verdad la pasé muy bien jugando ahí», dijo Botta.
Tras siete años en la cantera del «Lechuzo» llegó su chance de saltar a uno de los gigantes del fútbol mundial: Boca Juniors. Transpiró la camiseta xeneize y se codeó con muchos chicos que, al igual que él, hoy integran los clubes de la Superliga. Sánchez Miño, Colazzo y Erbes fueron sus compañeros en su paso por La Ribera. «Era muy chico cuando se dio mi salto a Boca. En ese entonces no podía creer que había quedado entre tantos chicos. Fue un sueño cumplido», señaló.
Hoy, después de pasar por el Inter, Chievo Verona y San Lorenzo, defiende los colores del «Halcón» de Varela. Ahora está en su vivienda de Buenos Aires con su esposa y su hija, en medio de la emergencia sanitaria con el coronavirus. Sin embargo continúa en contacto con sus compañeros y cuerpo técnico.
«Estamos sobrellevando la cuarentena. Hay rutinas por la aplicación zoom, con diferentes horarios. Cada uno se conecta cuando más cómodo le queda entrenar», contó. Y agregó: «Obvio que se extraña mucho el fútbol, a los compañeros, al vestuario y los partidos. A veces uno no se da cuenta, pero con el encierro se valoran las cosas un poco más».
Sobre el parate de la actividad deportiva por la pandemia y decisiones de la AFA, como por ejemplo la suspensión de los descensos, Botta dijo picante: «Me parece que se tomaron decisiones apresuradas que perjudicaron algunos. El tema descensos me parece una muy mala decisión que perjudica a los jugadores. Pareciera que siempre se premia al que hace mal las cosas». Y manifestó que «a veces hay decisiones que es mejor tomarlas en conjunto y no en beneficio de algunos».
Mientras atraviesa su presente en la Superliga, no olvida sus raíces. Contó que extraña San Juan y a su familia, y confesó que se imagina vistiendo en un futuro la camiseta de algún equipo local, aunque no dio nombres. «Extraño demasiado, espero poder pasar más tiempo con mi familia cuando pase todo esto. Y volver a San Juan me gustaría mucho. Siempre lo pienso. Sería lindo que mis familiares me puedan ver en los partidos».
FUENTE: Tiempo de San Juan