Todo comenzó allá, por 1975; son 45 años sobre ruedas, interrumpidos un par de veces; por ejemplo, cuando le tocó el servicio militar o aquel fatídico 2001 para los argentinos o 2007 – 2008, años en los que solamente se debía pensar en trabajar y dejar de lado aquellas cosas que le apasionaban. Para Oscar Contrera, esas cosas, eran subirse a sus patines y correr.
Como muchos deportistas, hasta encontrar lo suyo pasó por otras disciplinas; en el caso de Oscar, se trató del básquet y fútbol, recordando que jugaba para la Escuela Boero, donde en sus años de secundaria fueron campeones. También practicó natación, atletismo, ciclismo y hasta corrió algunos triatlones.
Su pasión por los patines comenzó cuando su hermano lo llevó a ver un partido de hockey en el “estadio cerrado”. Recuerda que estaba en la tribuna norte, bien lejos de la cancha y le cautivó el marco de gente, lo bonito que se veía a los jugadores patinando. Allí fue donde decidió comenzar, por lo que le pidió a su papá que le comprara unos patines y después de un tiempo se encontró con unos “Alce” con ruedas de plástico. Su idea era jugar al hockey, por lo que decidió ir a practicar al club Huarpes, donde se encontró con que era muy veloz al patinar, a pesar que las ruedas no ayudaban y eso le costaba frenar, golpeaba mucho contra la baranda y -además- al comenzar a patinar siendo adolescente, le costaba dominar el stick.
Este panorama se lo comentó a un amigo y compañero del colegio, quien le sugirió ir a ver carrera de patines. Cuando lo hizo, quedó enamorado de este deporte; cabe recordar que en aquella época San Juan contaba con importantes valores como De los Ríos, Antonio González, Carrizo, Echegaray, los hermanos Morales, entre otros. Recuerda que cuando se animó a disputar una competencia, no tenía técnica para correr, por lo que decidió no ir dentro del pelotón, sino que lo hacía a un costado del mismo, para no cometer algún error. A raíz de eso, Antonio González le ofreció entrenar juntos para que aprendiera aquellos detalles que faltaban y allí, junto a Modesto Morales le enseñó los secretos del patinaje e inclusive a entrenar físicamente. Fue Morales quien le aconsejó que le quitara horas al sueño para entrenar y haciendo caso, iba hasta el Jockey Club, pasaba el alambrado y entrenaba en la arena.
Apenas un par de meses pasaron desde que vio su primera carrera hasta que corrió la primera y al cabo de diez meses logró consagrarse doble campeón argentino juvenil en ruta, en el campeonato disputado en Rosario.
Fuera del patín, al finalizar la escuela secundaria, decide estudiar el profesorado de educación física, pero debía hacerlo en Mendoza, algo que, aunque no le gustó mucho a su padre, él fue quien lo apoyó en su idea, aunque antes debió cumplir con el servicio militar, lo que le hizo perder forma física y ritmo de competencia durante dos años.
Contrera, sin «s» final, aunque estima que es por algún error de Registro Civil, ya que tiene parientes Contreras, recuerda su resistencia a utilizar los patines en línea, ya que él había competido toda su vida con los tradicionales, hasta que llegó un momento que tuvo que aceptarlo porque se daban muchas ventajas, en especial por el deslizamiento y hoy entiende que la técnica es más pura; en el caso de los jóvenes, ellos se adaptan con más rapidez y en el de adultos, aprenden con más facilidad con los patines en línea.
A lo largo de sus 45 años de patinador, ha corrido en muchas provincias de la Argentina y recuerda una experiencia muy particular en el lago Tolhuin, Ushuaia, que -al congelarse- fue utilizado como pista para correr una maratón.
En el exterior, disputó varias competencias en Chile en diferentes regiones. Fuera de América menciona a Australia, donde corrió su primer mundial en 1986, Nueva Zelandia, Italia, Berlín, donde con 48 años, corrió la maratón máster sobre hielo. Aquella experiencia fue muy particular porque estuvo en una pista olímpica de hielo, donde se encontró con un estilo de patinaje muy puro, donde las cuchillas son sumamente delgadas, los patines livianos y se va sumamente rápido, igualando a la velocidad de una bicicleta.
El último viaje que hizo fue a Barcelona, España, el año pasado, donde participó en los World Roller Games. Aquí, recuerda que, como tantas veces, debió poner gran esfuerzo para viajar, debido a los problemas de siempre en la faz económica y -una vez más- su familia volvió a estar a su lado, hubo una rifa, apoyo de gente amiga de la fundación, más el de la Secretaría de Deportes de la provincia, con quien a su vez lleva adelante un trabajo con chicos en el Proyecto Dakar 2022.
En Barcelona corrió la maratón máster de 42 km en un circuito por pleno centro de la ciudad, finalizando en el tercer puesto y logrando la única medalla para el país, la que casi no recibe porque había finalizado y no sabía su posición. Vio que el podio tenía el tercer escalón vacío por lo que le preguntó quién ocupaba ese puesto al locutor, quien en un catalán muy cerrado y difícil de entender mencionó su nombre, por lo que, con una alegría increíble, saltó el vallado y subió al podio a recibir la presea de bronce.
Más allá de la competencia, Oscar Contrera ejerce su vocación por enseñar a público de cualquier edad y con mucho orgullo cuenta que los más chicos no pagan, puesto que son apoyados por su fundación, que con mucho sacrificio y humildad lleva adelante, recibiendo distintos apoyos u organizando eventos, lo que le permite ayudar a los más chicos para que puedan aprender a patinar.
Ya piensa en los World Skate Games de San Juan, pero no se olvida del mundial de Colombia programado para este año, por todo ello y con sus 60 años dice: hay Oscar Contrera para rato.
FUENTE: Secretaría de Deportes