En la flamante Línea 4 del Metro de Río de Janeiro se empieza a crear la exclusiva atmósfera de los Juegos porque todos sus pasajeros tienen el mismo destino, el Parque Olímpico, una de las 4 sedes principales de las competencias. El viaje se completa con largos colectivos con fuelle que parten con menos de un minuto de diferencia, desde la zona del Jardín Oceánico hasta Tijuca, donde se ubica el megaemprendimiento.
Luego de pasar por los detectores de metales, la sucesión de estadios de todas las formas y tamaños, invita la primera fotografía panorámica. Aunque es imposible agrupar todo en una sola toma. Al frente a la izquierda los edificios de para las competencias de gimnasia y clavados,a la izquierda y el principal para el tenis ya cuentan con un movimiento continuo de personas… de todo el mundo. Obviamente que las remeras verdeamarillas son las que predominan. La presencia argentina no pasa desapercibida y puede competir por el segundo puesto con los extrovertidos estadounidenses, que resaltan por curiosos trajes con los colores blanco, rojo y azul de su bandera.
Las tres Arenas Carioca, donde hoy se desarrollan esgrima, judo y básquetbol son fotografiadas continuamente. Quienes buscan el reparo del sol no dudan en detenerse bajo el puente antes de desembocar en uno de los gigantes espacios rodeados por patios de comidas. Una marca de cervezas ofrece servir la lata de medio litro en un vaso de plástico que está decorado por una de las 42 disciplinas que conforman los Juegos. El calor y la humedad son una buena excusa para que los adultos se compren una bebida. Y los vasos ya son parte del paisaje.
Al final, el estadio donde se desarrolla la natación es imponente y las cámaras vuelven a aparecer. Ya quedaron atrás los estudios de TV. Y hay muchos que entrevistan en la ancha pasarela. Al final dos pantallas gigantes con transmisiones de competencias intercaladas con shows musicales y promociones de las empresas auspiciantes. Además hay stands con gente haciendo cola para entrar. Ya sea al de la gaseosa, de la compañía japonesa de artículos electrónicos, de un servicio telefónico o de autos. De regreso, se pasa por arriba del puente y la panorámica de 360 grados termina de convencer que hay miles de personas de todo el mundo ahí caminando. Como niños jugando, pero en los Juegos Olímpicos.
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