El nadador estadounidense Michael Phelps, quien en los Juegos de Río 2016 fijó su palmarés olímpico en 28 medallas, aseguró que durante su participación en la ciudad carioca pudo ponerle «la guinda al pastel».
«Estoy en el mejor lugar posible, estos Juegos son la guinda que quería ponerle al pastel», comentó en rueda de prensa el Tiburón de Baltimore, campeón en Río de Janeiro de las pruebas de 200 mariposa, 200 estilos y los relevos 4×100 y 4×200 libre y 4×100 estilos. Solo ‘falló’ en la final de los 100 mariposa, en la que fue segundo.
Michael Phelps reveló que tras su paso por Río de Janeiro le espera «un nuevo futuro» alejado de la competición. «Tengo una lista interminable de cosas por hacer. Esta es la última vez que me habéis visto competir en el agua. Esta es la razón por la que las emociones me superaron anoche», confesó.
El nadador estadounidense, de 31 años, afirmó que tras rubricar la conquista de su medalla número 28 en los Juegos Olímpicos despertó a su hijo Boomer. «A Nicole (su pareja) no le hizo mucha gracia pero necesitaba abrazar a mi hijo», dijo.
El deportista con mejor palmarés olímpico de la historia recalcó que ahora seguirá nadando para «salvar vidas». «Quiero que los niños estén más seguros en el agua. Si puedo enseñar a los niños a nadar, será un gran éxito», señaló.
Preguntado por los casos de dopaje que recientemente se han descubierto en la natación, Michael Phelps afirmó que es «el deporte en su conjunto» el que debe mirar qué se está haciendo mal.
«Todos los deportistas deberían estar limpios. Si esto no ocurre, deberían ser sancionados. Alguien debería dar un paso al frente y provocar un cambio. Yo no tengo la seguridad de haber competido en una final y que todos mis rivales estuvieran limpios. Eso es muy triste», sentenció.