Lejos de la zona de Copacabana, donde se hospeda La Excusa Deportiva, se encuentra la Villa Olímpica, ese lugar tan místico en el que conviven los atletas de los Juegos Olímpicos. Para llegar hay que tomar dos líneas de subte y dos BRT (un servicio especial que se puso en marcha para el evento ecuménico) y luego caminar unos 1.000 metros.
Al arribar a la Villa, uno puede encontrarse con todos los atletas. Los que vuelven de entrenar y los que salen para ir. Claro, todo desde la puerta, ya que sólo los deportistas pueden ingresar (previamente son sometidos a un detector de metales) y también aquellos periodistas acreditados por el Comité Olímpico Internacional (COI), que se instalan en la denominada zona internacional. Sin embargo, a los entrenadores y a la gente común les queda la chance de que algún competidor que esté alojado allí solicite alguna de las dos autorizaciones para que pueda entrar.
En la puerta de ingreso, este medio tuvo la posibilidad de ver (intentó charlar pero fue imposible) a todo tipo de atletas. Desde el tenista azuleño Federico Delbonis, pasando por la fuerte selección brasileña de vóley en la que está el ex UPCN Evandro Guerra, hasta los jugadores de la NBA que representan al básquet estadounidense. Klay Thompson, de Golden State Warriors y Kyrie Irving, flamante campeón con Cleveland Calavaliers, son algunas de las estrellas norteamericanas que pueden apreciarse.
Diversos medios de prensa de todo el mundo se instalan en las inmediaciones de los ingresos de la Villa para realizar notas con los protagonistas y también con los simpatizantes que llegan para intentar quedarse con algún recuerdo de sus ídolos, esos que están todos juntos por algunos días y cada cuatro años. Mirá el video y las fotos.
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