Lima2019: La buena energía que convirtió en medalla Tabachnik

De ‘Inoxidable’ a ‘Leyenda viviente’, Pablo Tabachnik sigue sumando descripciones en cada entrevista que concede en Lima. Luego del cómodo triunfo por 3-0 del equipo argentino masculino de tenis de mesa al de Puerto Rico, aparece un nuevo renglón en el palmarés del sanjuanino, porque se aseguró una sexta medalla en 7 presentaciones ininterrumpidas en Juegos Panamericanos, apenas una de las tantas competencias de primer nivel internacional que viene participando desde la última década del siglo pasado.

Terminados los ejercicios de elongación post competencia, se pone la campera que identifica a la delegación argentina y chequea que en ambos bolsillos estén los dos amuletos que incorporó para su última competencia en unos Panamericanos y que ya hicieron su efecto. Una foto de su familia que su esposa Carina ocultó en el bolso de viaje. En el otro, el autito para que no se aburra en el viaje que le dio Mati, quien junto a su hermanita menor Emi le enseñan como es ser padre.

Tabachnik ya había anticipado que este era su último ciclo olimpico. Y en la serie que definía si se iba o no con medalla de sus últimos Panamericanos, le tocaba abrir el juego de dobles junto a su compañero desde los Panamericanos de 2003. Su compadre, Gastón Alto. Perdieron los dos primeros sets los argentinos, pero no las mañas. Capearon la tormenta y revirtieron el marcador para un 3-2 final, que encaminó la serie, al punto que en los dos siguientes partidos, Horacio Cifuentes y otra vez Alto, ganaron por 3-0. Ellos también son artífices de la enorme alegría que ya invade al tenista de mesa sanjuanino.

Ahora viene lo mejor. Cuba será el rival en semifinales, partido que comenzará el sábado a las 14,30 hora argentina. La final se jugará desde las 21,30 y luego llegará la ceremonia de premiación, en la que se reconocerá al campeón, al segundo y a los dos terceros. Por sexta vez estará nuevamente Tabachnik en este tipo de acontecimientos en unos Juegos Panamericanos. Con una foto en un bolsillo y un autito de juguete en el otro.

Las sensaciones de Pablo luego de la clasificación a semifinales

 

 

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